Cuando en 2009 preparé una versión de Ética a Nicómaco, de Aristóteles (384-322 a.C.) explicité que casi lo único en lo que está de acuerdo todo el mundo es en la busca de la felicidad. Nadie se propone conscientemente ser desdichado. ¡Hasta el suicida la anhela en su desesperado gesto! ¡Quienes quedan subyugados por sus bajas pasiones (ira, gula, envidia, codicia, lujuria, pereza, etc.) la ansían! ¡Quienes rechazan los apetitos carnales ambicionan encontrarla plenamente en el cielo! Los embarrados en lo material la confunden con el placer. Solo lidera quien controla sus pulsiones como si fueran su realengo.
Aristóteles, autor de la primera exposición científica de una teoría de las costumbres humanas, aborda este asunto y muchos otros. Bastantes de sus textos han superado el exigente crisol del tiempo: millones se han engolfado en las reflexiones del sabio heleno nacido en Estagira. https://glocalthinking.com/entrevista-a-aristoteles/